13.10.05

Tom Waits / Closing time

Hace un par de horas que llueve. En la calle apenas una bombilla. Es tarde. No ha sido tu mejor día de hecho hace tiempo que pasaron los mejores días. Llevas más de diez minutos apoyado a la ventana, mirando como llueve haciendo rechinar el hielo de tu vaso de whisky.

Sensibilidad melódica extrema, bases de jazz y travesías folk, blues y country. Tranquilo y agruidulce, ese fue el primer lp de Tom Waits, artista mayúsculo de Pomona (California). Su voz suena menos rasgada que 20 años después, y las caricias del piano le dan un halo bello y evocador a cada pieza.

El disco contiene canciones abrumadoras de extrema pulcritud, como Ol’55, Rosie, o la más bluesera Ice cream man. Joyas de incalculable valor compositivo son Lonely o la instrumental Closing time, y la joya de la corona: Martha, relato nostálgico sobre la relación entre dos antiguos y maduros amantes que dejaron de serlo). Se trata de temas que nos sitúan al borde del desamparo afectivo. Canciones de vértigo por lo agrio y dulce de la derrota de lo lírico. Mención aparte merece Little trip to heaven (on the wings of your love), en cuyas frágiles notas un servidor se ha dejado mimar cuando más solo se ha sentido. Subjetividades al margen, se trata de una de las piezas más simples del disco, pero una vez más se demuestra que la simplicidad no es inversa a las emociones más complejas, a los sentimientos más raros que se entretejen en nuestro interior y nos llevan a mundos ideales e idealizados, mundos que anhelamos y que tocamos con la punta de los dedos a la sola escucha de cuatro notas.

Pero no es un disco triste. Porque es un disco de blues de pana y la trsiteza es tan bella que deja de serlo.
Es el disco de los cuadros de Edward Hopper, de las fotos de Robert Frank, de las botellas vacías un domingo por la noche. Es el disco de los artistas malditos y los que quieren serlo, el disco de los amores perdidos, el disco favorito de Wynona Ryder, el de las tardes de invierno.
Y el disco que se escucha de la 1 a la 12 sin interrupción y cobrando un nuevo sentido tanto o más interesante que si se escuchan los temas por separado.

Dicen que para medir la belleza de una obra de arte hay que medir en cuánto nos puede cambiar. Este es un disco inmensamente bello.

* Little Trip To Heaven (On The Wings Of Your Love) (Closing time, Tom Waits, 1973, Elektra / Wea)

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