16.2.07

Joan Miquel Oliver (15 de febrero, heliogábal)

Hay muchas razones por las que Joan Miquel Oliver se hace querer cuando actúa. Y es la buena predisposición de los oyentes lo que hace que aún guste más. Esto se acentúa en los conciertos, y se nota todavía más si el recinto del concierto es pequeño, de aforo limitado. Esto es justamente lo que ocurrió en el heliogábal, que se llenó de gente que ya tenía las entradas desde hacía días o semanas.

Oliver se presentó solo con una guitarra y un batería-percusionista, Pere Debón, pero se demostró el tópico que dice que menos es más y llenaron de sonido y emoción cada rincón de la sala. Con un discurso que fue el del disco surfistes en cámera lenta, más algunos temas nuevos. Todo amenizado con comentarios graciosos y momentos de surrealismo. Desde mi posición tenía una fotografía perfecta: Pau Riba miraba el concierto atentamente, mientras Oliver desplegaba sus encantos musicales y personales. Sí, personales también, porque hay una parte importante del directo de Oliver que depende de la conexión con el público. Y la consiguió toda, especialmente en m’encanta parís, fotos y, sobre todo, homenet y la mujer que mordió un piano.

El sonido fue perfecto, y entre esto y que Oliver canta y habla, habla y canta con la gente, y se anticipa una centésima de segundo al tiempo, silba y se sabe todos los trucos, cuando terminó el concierto a la gente le hubiera gustado que lo empezara de nuevo.

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2 comentaris:

Anonymous Anònim ha dit...

la verdad es que más que un concierto fue un diálogo. me gusta mucho cómo lo has definido petit homenet de muntanya!

15:50  
Blogger aXeLereitor ha dit...

Quina enveja! Desprès em vaig empenedir de no intentar anar-hi!

Apa!

09:38  

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